¿Wifi pasivo con el Standard 802.11b, anacrónico o soportará la última tecnología?

Desde hace años el mundo del Wifi no para de sorprendernos y mejorar los ratios de velocidad, comunicación, estabilidad, coberturas, etc.

Pero, en el mundo del internet de las cosas, donde todo acabará conectado a la red y donde se calcula que en 2020 habrán más de 20 millones de dispositivos, las operadoras de telefonía se frotan las manos por que el crecimiento exponencial de su negocio, básicamente se sustentará en eso, pero……..está apareciendo una nueva tecnología apoyada sobre el wifi con el estándar 802.11b, aquel que solo iba a velocidades de 11 Mbits/s.

En un experimento en una universidad de EEUU, se han propuesto demostrar que se pueden transmitir datos por wifi sin apenas consumir energía, el gran problema de la conectividad.

Al concepto le han dado el nombre de wifi pasivo para describir la base de su sistema: en lugar de que el router tenga que emitir continuamente señal, aprovechan que las ondas de radio, en determinadas condiciones, tienen capacidad de reflejarse y rebotar. Es lo que hace el chip que usa el experimento con la señal que le llega desde el router: transmite datos rebotándolos y eso exige menos esfuerzo, en energía, que emitirlos desde cero.

Ese chip pasivo da nombre a todo el sistema y rompe con la manera tradicional de transmitir información. Las emisiones de radio que se han usando en los últimos cien años se basan en la generación activa de señal.

De momento, el experimento de wifi pasivo se ha centrado en un tipo de wifi muy común, el estándar 802.11b.

Las primeras pruebas han logrado emitir señal a una velocidad de 11 megabits por segundo, menos de lo que permiten todos los wifis actuales, pero gastando solo una milésima parte de la energía habitual.

En las pruebas de wifi pasivo han logrado comunicaciones, hubiera o no una pared de por medio entre los objetos conectados, a una distancia de entre 9 y 30 metros, más que suficiente para la mayoría de los aparatos de domótica que podemos tener en nuestra casa.

Con el wifi pasivo todos los dispositivos móviles y sensores como las alarmas de humo o termostatos, detectores de tiempo o sensores de temperatura consumirán una diezmilésima parte que ahora, y eso implica que las baterías duren 10 o 15 años.

Que paradoja, lo que parecía muerto, mañana puede resucitar tecnológicamente y quizás conecte todos los elementos de nuestro entorno.